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lunes, 27 de mayo de 2013

Discernimiento: Creando mi vida paso a paso

discern artic











Cada momento decido el siguiente paso que voy a dar y así voy creando mi vida. En mi decisión elijo lo más importante, lo urgente o lo necesario pero... ¿en función de qué sistema de creencias o valores? La mayor parte de mis decisiones son inconscientes y obedecen, para mi desgracia, al Miedo. Darme cuenta de este mecanismo supone decidir cambiar de vida para retomar el único camino en el que puedo sentirme bien... el regreso a mí mismo.
DECIDIR
Muchos de los sentimientos negativos que experimento tienen su origen en las decisiones que tomo y en los actos que realizo como consecuencia de estas decisiones: sé que puedo elegir aquello que me hace sentir bien pero muchas veces siento un conflicto interno que no me permite decidir con claridad.
¿Qué me hace decidir en mi contra y qué me lleva a decidir aquello que sí que me conviene? Detrás de la respuesta a esta pregunta se encuentran siempre los dos motores de las decisiones: El amor o el miedo definen el acierto o el error en la decisión.
MECANISMO DE CREACCIÓN DE LA DECISIÓN
El pensamiento (y/o emoción) siempre es antes que la materialización. Creo, sí o también, porque pienso continuamente y cada pensamiento se materializa en un acto. El pensamiento puede ser consciente o inconsciente.
Elección inconsciente: pienso sin saber lo que pienso y materializo la acción.
Elección consciente: pienso, me doy cuenta de lo que pienso, interacciono con este pensamiento y materializo la acción. Esta interacción en la que la consciencia de mi pensamiento está presente, es la que puede cambiar mi vida.
Los dos mecanismos nos enseñan. La acción que llevo a cabo nacida del pensamiento inconsciente me muestra una imagen que me ayuda a conocer estos pensamientos inconscientes. Puedo así aprender la lección que encierran. La creación nacida del consciente me conduce por el camino de mi proyecto personal; me da la oportunidad de elegir aquello que quiero crear en mi vida.
Si no soy consciente de lo que pienso, mi pensamiento inconsciente decide mi vida, y lo hace irremisiblemente, pues la naturaleza del inconsciente, como dijo C. G. Jung, el prestigioso psiquiatra, es hacerse consciente y para ello empujará hasta conseguir salir a la conciencia. Si niego el mensaje de estos pensamientos inconscientes, creo un bloqueo emocional que me conduce al dolor y al sufrimiento. Darme cuenta de este mecanismo me capacita a decidir por mí mismo y no por todo aquello que me condiciona que es precisamente lo que reside en el inconsciente; pensamientos inconscientes que obedecen al miedo y pujan por salir de la sombra para poder ser transformados en la luz del amor. Responden a las preguntas: ¿Me seguirán queriendo si no lo hago? ¿Cómo voy a defraudar a mi padre? ¿Y si me abandonan?; o bien obedecen al miedo "Si lo hago puedo quedarme solo" "Todos pensarán que estoy loco" "No es lo que esperan de mí"...
Una vez que soy consciente de que lo que decido es lo que pienso, puedo empezar a modificar estos pensamientos interaccionando con mi mente; podríamos decir que este es el momento donde decido hacerme responsable de mis propios pensamientos, de mis decisiones y de mis actos. Esto es lo que normalmente se expresa como coger las riendas de mi vida.
El sistema de creencias que he adoptado genera mis decisiones. Conocerlo es indispensable para poder modificarlo. Y esto supone darme cuenta de lo que pienso. El primer pensamiento a revisar es "Yo no soy mis pensamientos sino algo mucho más importante". Puedo elegir desde la Unidad de mi Ser y no delegar sólo a la mente las decisiones que crean mi vida. Pero, ¿que es mi Ser?... nuestra faceta real que no depende del tiempo y del espacio, aquella parte de nosotros que perdura más allá de la experiencia.
PENSAMIENTO CONSCIENTE O INCONSCIENTE
Esta decisión es la semilla del acto, el origen de aquello que creamos

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ESTÍMULO
Crea la energía necesaria para la materialización. Proviene de nuestros deseos, bien egoicos o bien de nuestro Ser Interno.

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VOLUNTAD
Transforma la energía acumulada a través del estímulo en el mismo acto.

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MATERIALIZACIÓN - ACTO
El dolor
El dolor es un atributo de la materia con sus funciones bien definidas. Si no existiera, me quemaría jugando con el fuego y dejaría de aprender múltiples experiencias. El dolor es pues una forma de sentir los límites en el mundo material. Forma parte de nuestra experiencia vital indicándonos siempre un aprendizaje necesario.
El dolor me habla de mi sensibilidad ante las experiencias; si soy hipersensible siento dolor al mínimo contacto o puede que no sienta dolor nunca; ni un extremo ni el otro son saludables. El dolor me ayuda a conocer los límites y a adaptarme mejor a mí mismo y a mi entorno.
Si renuncio a sentir el dolor cuando decido mi experiencia renuncio a poder "transmutar" el dolor en Amor.
EL Sufrimiento
Es creado por mi mente cuando, o bien temo que el dolor pasado vuelva en la experiencia presente, o bien temo que en el futuro mis deseos no se cumplan. Es evidente que cuando sufrimos, hay un mensaje muy claro de que hemos de volver inmediatamente al presente, única realidad en la que puedo expresar mi Ser.
Nos indica que nuestra mente está elaborando pensamientos y emociones de muy baja energía que están creando, a su vez, una vida de muy baja energía.
Si renuncio a sentir el sufrimiento cuando decido mi experiencia, "transmuto" el dolor en Amor.
LAS CAUSAS DE POR QUÉ ELEGIMOS MAL
La elección errónea es aquella en la que el estímulo obedece a mi ego sin tener en cuenta las necesidades de mi alma. Esto ocurre por:
1. Disociación por la cantidad y variedad de información recibida. Me separo en dos, mi ego y mi Ser interior.
2. Falta de autoconocimiento o inconsciencia.
3. Miedo.
4. Culpa.
5. Falta de objetivos claros
6. Falta de sinceridad personal.
7. Intoxicación física o mental-emocional.
8. Falta de perseverancia en el cultivo de hábitos de amor a mí mismo.
RECURSOS PARA ELEGIR LO QUE NOS HACE SENTIR BIEN
1. Conocimiento del funcionamiento de la mente y valentía para aprender a "leer" los mensajes de mis actos y desenmascarar al inconsciente para aprender la lección.
2. Coherencia y honestidad: darme cuenta de si es el miedo lo que me lleva a la elección es el acto de coherencia básico donde afianzar mi honestidad personal.
3. Reconocimiento de mi Ser holístico como una unidad no separada. Así la elección será la que más me beneficie en mi unidad, no sólo a una parte de ella.
4. Alimentación correcta filtrando todo aquello que me llega y seleccionando sólo lo que de verdad me nutre. Entendiendo por alimento no sólo la comida sino también los pensamientos, las emociones y el silencio.
5. Compasión y flexibilidad para darme el margen necesario para el aprendizaje oportuno.
6. Tesón y perseverancia para el cultivo de buenos hábitos que me permiten ejercitar la voluntad para elegir lo correcto.
7. Ausencia de juicio, tanto hacia mí mismo como hacia los demás. El juicio separa en bueno y malo y por lo tanto, me aleja del sentimiento de Unidad.
Todos estos recursos se potencian con la meditación que es crear el espacio adecuado para dar un lugar a mi único y mejor consejero a la hora de tomar cada decisión que crea mi vida... mi Alma.
El discernimiento nos lleva a la elección acertada que es aquella en la que la que priorizo el bienestar de mi Ser completo; aquella que nace del sentimiento de Unidad y que busca la armonía de esta Unidad por encima de las necesidades de mi persona.
Fernando García Suárez
Farmacéutico, Homeópata Unicista, Naturópata
Codirector del Centro LIFe SALUD Y VIDA

martes, 21 de mayo de 2013

EL ÓCTUPLE SENDERO



El Sendero Óctuple es el camino que debemos seguir para alcanzar el despertar. Consta de ocho pasos, todos relacionados entre sí y cada uno contribuyente al cultivo de los otros:

• Visión correcta: Es el enfoque de la práctica. Es comprensión, la comprensión de las Cuatro Nobles Verdades, de que existe el sufrimiento, la causa del sufrimiento y el cese del sufrimiento.

• Intención correcta: Es la materialización de la visión correcta, la responsabilidad de asumir nuestra propia existencia. No es saber lo que debemos hacer; es hacer lo que debemos hacer.

• Palabra correcta: Es la expresión de la intención correcta. La palabra correcta crea armonía y claridad en la mente. Evita mentir, difamar, calumniar o dañar a otros. Es el verdadero propósito de las ceremonias.

• Comportamiento correcto: Es el cultivo de una conducta moral honorable y pacífica. Tiene que ver con nuestra forma de usar el cuerpo, que se abstiene de matar, de robar y de mantener una conducta sexual impropia e injusta.

• Supervivencia correcta: Es la manera correcta de conseguir nuestro sustento. Es llevar una vida pura, decente y útil, que fomente el bienestar corporal y espiritual de todos los seres.

• Esfuerzo correcto: Es la perseverancia en la práctica y en el dharma. Distinguimos cuatro clases de esfuerzos: 1) Impedir estados perjudiciales que aún no han surgido; 2) Disolver estados perjudiciales que ya han surgido; 3) Generar estados provechosos que aún no han surgido, y 4) Mantener estados provechosos que ya han surgido.

• Atención correcta: Es el conocimiento de la clase de esfuerzo que debemos aplicar en cada momento, gracias a lo cual podemos llegar a unificar los aspectos dispersos de nuestro ser. La atención correcta implica al cuerpo, a las sensaciones, a la mente y a los fenómenos.

• Concentración correcta: Es la puerta a la liberación del sufrimiento. Es equiparable a una transformación de la conciencia, ya que elimina la tensión entre sujeto y objeto. En zazen se diluye la conciencia individual y se experimenta la fusión con el todo; se revela nuestra verdadera naturaleza original.