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sábado, 13 de diciembre de 2014

Equilibrio dentro fuera


Irse mucho hacia fuera sin la correspondiente indagación profunda hacia dentro provoca desequilibrio .
Uno de los orígenes del sufrimiento humano.
Al mismo tiempo irse demasiado hacia dentro sin el correspondiente contacto con lo externo, lo físico, la madre tierra y toda su naturaleza, igualmente se convierte en sufrimiento.
Practicar el equilibrio de esas dos fuerzas es dar un paso hacia la felicidad.
Esta en nosotros.

Dani

jueves, 4 de diciembre de 2014

SI LAS MUJERES ENTENDIERAN



Si las mujeres entendieran… que los hombres también tienen miedos, pero sin tanto permiso para mostrarlos.
Que hay emoción en el ruido de un motor o en el grito de un gol.
Que valoran mucho más el exceso de sonrisas que tres kilos menos.
Lo abrumador de ser el sostén económico de una familia.
Lo que es tener que ser valiente, poderoso y exitoso a toda hora.
Lo molestas que son las comparaciones con “el marido/novio de”.
La necesidad que tienen de un abrazo que no siempre saben pedir.
Lo difícil que es comprender lo que nunca les han enseñado.
Las lágrimas que no se animan a llorar.
El poder que tenemos sobre ellos.
Que ellos también pasan noches sin dormir.
Que necesitan silencio como nosotras charla.
Que no andan por la vida pensando en cómo lastimarnos.
Que son más débiles de lo que su altura y músculos dirían.
Que sacar lo mejor o peor de ellos está en nuestras manos.
Que piensan y razonan diferente.
Que sienten muy parecido.
Que demuestran sentimientos como pueden o como aprendieron.
Si las mujeres entendiésemos todo esto, si lográsemos mirar más allá de algunos olvidos, si nos diéramos cuenta de que no hay todos o ninguno, si pudiésemos sentir que para ellos la mejor demostración de amor es habernos elegido, si las mujeres bajáramos un poquito la guardia, los reproches y tantos reclamos, si pudiéramos incrementar las sonrisas, los brindis y la picardía y si los dejáramos hacer sin tanto mandato ni expectativa, comprenderíamos que somos lo que le da sentido a sus vidas. Como mujeres, novias, madres, hijas, hermanas o amigas.
Al final del día, donde se acaban las bromas, donde no hay público ni formas, donde solo queda un hombre y sus latidos, ahí estamos nosotras... con el que cada una eligió.

domingo, 30 de noviembre de 2014

De que trata la práctica

La luz del espíritu puede cegarnos como mil millones de soles, la belleza de una simple lágrima puede fundir nuestro corazón y el amor verdadero puede aplastarnos como si de una montaña se tratase... hasta que nuestra pareja dice algo que nos molesta o enfurece, y la belleza y el amor pareen desvanecerse.. para regresar al poco y re-descubrir nuevamente el equilibrio, la libertad, la felicidad, la cordura y la normalidad. Entonces todo empieza de nuevo.¿De eso precisamente trata la práctica!




sábado, 22 de noviembre de 2014

Centauro

Quirón

Quirón

Quirón fue un excepcional centauro (ver Centauros, Los), criatura con cabeza y torso de hombre y cuerpo de caballo. Era dis­tinto al resto de su especie y descendía de Ixión, ya que él era hijo de Cronos y Philera (Filera). Su aspecto de centauro se debía a que Cronos había hecho el amor con la ninfa Philyra (Filira) mientras mantenía forma de caballo, para no levantar las sospechas de su esposa Rhea (Rea).
Mientras que el resto de centauros eran bestias muy rudas, el inmortal Quirón se distinguía por su carácter civilizado lleno de sabiduría, inteligencia y fraternidad. Era un gran músico y fue famoso por su extenso conocimiento en el campo de la medicina. Los héroes de la Ilíada no dejaban de alabar las pócimas de hierbas con que trataba las heridas do guerra. Apolo, amigo personal de Quirón, le encomendó la educación de su hijo Asclepio, dios de la medicina, lo que el centauro consideró un gran honor pero no el único, pues también se encargó de la ins­trucción de Jasón, Acteón y Aquiles, entre otros, debido a su enorme paciencia. Gracias a Apolo, Quirón se convirtió en un extraordinario arquero.
Quirón vivió en una cueva del monte Pelión en Tesalea. Estuvo casado con Chanclo y tuvo una hija. Su nieto, Peleo, recibió el apoyo de Quirón, entre otros, cuando quiso cortejar a la bella diosa del mar, Tetis, en una relación de la cual nacería el gran héroe Aquiles.
Por desgracia, el buen centauro tuvo un final cruel y doloroso, pues durante una visita de Heracles al centauro Folo se desencadenó una pelea con otros centauros sobre una crátera de vino, y Quirón fue asaeteado de forma accidental por el héroe (ver Heracles). Los dolores que sufrió fueron tan severos que decidió regalarle su inmortalidad a Prometeo. Tras su muerte, Zeus decidió situarle en el firmamento como la constelación del Centauro.

miércoles, 12 de noviembre de 2014

Historia de la vela que se apaga

Hubo una vez, en la antigua China, un maestro Zen llamado Ryoko. Ryoko significa el dragón del lago.

Aparentemente este maestro tenia una personalidad apacible, tranquila e incluso banal u ordinaria. Su personalidad era parecida a las aguas poco peligrosas de un lago, sin embargo, en lo más profundo de estas aguas habitaba un terrible dragón con un gran poder y una gran fuerza surgida de su realización espiritual y de su sabiduría. Pocas personas tenían acceso directo al dragón que habitaba en las aguas de Ryoko.
Ryoko era un maestro célebre que dirigía una comunidad y mucha gente le visitaba.
Un día apareció un erudito, un estudioso del Sutra del Diamante. El Sutra del Diamante es uno de los más importantes del Budismo Mahayana y el que más profunda influencia tuvo sobre el Sexto Patriarca, Eno. La esencia de su enseñanza es la siguiente: “El pasado es una ilusión, el futuro es una quimera, algo que no existe, el instante presente pasa tan rápidamente que apenas si podemos afirmar que existe o ha dejado de existir.” Comprendiendo esta realidad, el discípulo del Buda practica un desapego continuado hacia todas las formas sensibles a las que considera como fenómenos evanescentes, carentes de realidad, como burbujas en la superficie del océano.
El Sutra del Diamante nos enseña a cultivar una conciencia que no se detenga sobre nada, que no se apoye en ningún objeto. Su frase principal es: “No se apoya sobre ningún objeto, y sin embargo, la Mente aparece.” Esto es, la verdadera conciencia, la más elevada, la conciencia del despertar, “Bodhaishin”.
Este erudito, a pesar de que había pasado largos años estudiando el léxico y la semántica del Sutra del Diamante, en realidad no había podido aún penetrar su significado profundo ni experimentar su verdad. Pero, incluso siendo así, se tomaba por un gran erudito y entendido, como alguien que había comprendido el mensaje de dicho Sutra. Esta falsa certitud le hacía arrogante y vanidoso.
Oyendo hablar de la profunda experiencia del maestro Ryoko, quiso ir a visitarlo. Quería contrastar la comprensión de Ryoko con la suya y mantener un combate dialéctico. Por eso, llamó a las puertas del monasterio y pidió una entrevista con el maestro.
El monje encargado de la recepción se ocupó atentamente de él, lo llevó a una habitación limpia y clara, y le dijo que depositara sus pesados libros. Le explicó entonces que el maestro estaba muy ocupado, por lo que tardaría algunos días en recibirle. Mientras tanto le puso una escoba entre las manos y le invitó a participar en el samu –trabajo manual– de la comunidad.
Pasaron varios días. El erudito pasó gran parte de su tiempo barriendo los distintos patios, pero su cólera iba en aumento de hora en hora, hasta que al cabo de una semana estalló y gritó en medio del patio: “ ¡He venido a este lago porque me dijeron que vivía un dragón muy peligroso, pero no veo por ninguna parte a ese dragón! ¿Por qué se esconde?”
Ryoko aceptó al fin entrevistarse en privado con él, y ambos mantuvieron una larga conversaci6n. El erudito tenía una dialéctica hábil, pero el maestro Ryoko era también un orador fino e intuitivo. Los dos discutieron y discutieron tanteando sus posiciones.
El maestro buscaba continuamente una abertura en la mente del erudito a través de la cual hacerle comprender el error de su actitud orgullosa y arrogante. Y el erudito buscaba una brecha en la mente del maestro a través de la cual mostrarle que su saber era superior. Así, llegaron a altas horas de la madrugada y el maestro, excusando que estaba cansado, invitó al erudito a retirarse a sus habitaciones.
Los ánimos se habían calentado y el maestro pensó que a la mañana siguiente, con un estado de ánimo más sereno seria mejor proseguir. Entonces le acompañó hasta la puerta de su habitación.
Esa noche era una noche muy oscura, una noche sin luna, de una negritud espesa. En medio de la oscuridad tan sólo brillaba la lámpara que portaba el maestro. Mientras tanto, el erudito trataba de reanudar el combate dialéctico y continuaba dando argumentos y teorías. Entonces el maestro Ryoko levantó la lámpara lentamente, y sopló. En ese momento se hizo la oscuridad total, y en medio de esta oscuridad, el maestro preguntó al erudito: “¿Comprendes ahora?” . Justo en ese instante, el erudito comprendió y sus espíritus se acoplaron. Comprendió la inutilidad de su arrogancia, de sus silogismos, de sus presupuestos mentales y de su cólera.
Esta es una historia de gran profundidad, una historia que personalmente siempre tengo en la mente. Particularmente intento no olvidar nunca el soplido del maestro Ryoko sobre la vela, el momento clave de toda la historia, y lo recuerdo en especial cuando mi mente se halla confusa, cuando me encuentro envuelto en algún tipo de conflicto, sea cual sea su naturaleza. Veo el soplido del maestro Ryoko sobre la vela y me dejo llevar por la oscuridad, una oscuridad en la que no es posible distinguir nada, ni yo, ni tú, ni bien, ni mal, ni amor, ni odio, ni atracción, ni rechazo. No hay Buda, ni ser sensible, ni verdad ni falsedad.
A la luz de la vela de nuestra mente discriminativa, los fenómenos se diversifican y se multiplican entrando en conflicto unos con otros. Pero en la Vía del Zen, la experiencia fundamental consiste en soplar la vela, en extinguir la llama discriminativa. A esto se le llama Nirvana, y es ahí donde surge la verdadera comunicación maestro-díscipulo, más allá de cualquier dualidad, “I shin den shin”, una comunicación intima de alma a alma.
Sí sólo nos comunicamos a partir de nuestra mente limitada y limitadora, la relación con nosotros mismos y con los demás, con el maestro o con el Cosmos, se convierte en una relación estrecha sujeta al amor o al odio, polarizada en atracción o en rechazo.
Desde los tiempos inmemoriales, el Dharma del Buda ha sido siempre transmitido correctamente de maestro a maestro, de Buda a Buda, a través del no-pensamiento, a través de la no-dualidad. Esta es la esencia del “Zazenshin” del maestro Dogen Zenji.
Discutir es inútil. Es necesario sentir desde lo más profundo del no-pensamiento, desde lo más profundo de la no-conciencia personal, desde la no-oposición. Entonces es cuando surge naturalmente la verdadera intimidad, la verdadera comunicación.
Por eso la relación entre maestro y discípulo es una especie de danza, un tanteo a través del cual el discípulo intenta enfocar al maestro desde la óptica justa.
Un maestro Zen es, como cualquier otra persona, una especie de diamante de diez mil rostros distintos. El discípulo debe penetrar hasta el corazón de este diamante, pero ¿por qué lado hacerlo? Cada lado del diamante es un espejo que refleja nuestro propio karma. Por eso, cuando intentamos penetrar por una cara del diamante nos vemos reflejados y nos quedamos hipnotizados, parece un obstáculo infranqueable. Sin embargo, en un maestro Zen, hay un lado que no refleja absolutamente nada, es la puerta de entrada. La práctica del discípulo consiste en encontrar esta cara y situarse correctamente ante ella a través de un tanteo continuo.
Ahí se produce la verdadera intimidad, y uno habla con el maestro como si hablara con lo más profundo de su propio corazón.
En la Transmisi6n del Zen, no hay nadie que transmita nada, nada que transmitir, ni nadie que pueda recibir esta transmisión. Es un Buda reconociendo a otro Buda, como un pez que flota en medio de un vasto océano y de pronto encuentra a otro pez y le dice: “¡Hola!”.
Zazen es, en esencia, apagar la vela.
Enseñanza del maestro Dokushô Villalba el 16 de Mayo de 1989

Así pensaban los abuelos...


Sobre la Espiritualidad
El culto al Gran Misterio era silencioso, solitario, libre de cualquier búsqueda egoísta. Era silencioso porque toda palabra necesariamente es débil e imperfecta; por lo tanto, las almas de sus ancestros ascendían hacia dios en una adoración sin palabras. Era solitario porque creían que él está más cerca de nosotros en la soledad, y no había sacerdotes autorizados para intervenir. Nadie podía confesar de manera alguna en la experiencia religiosa de otro. Esta fe no podía ser concebida en credos ni forzada en quien no estuviese dispuesto a recibirla. En consecuencia, no había problemas religiosos. Tampoco usaban templos ni santuarios, lo consideraban sacrilegio.
La Naturaleza
Desde su punto de vista, el Sol y la Tierra fueron los padres de toda la vida orgánica. Del Sol, como padre universal, procede el principio dador de vida en la naturaleza, y en el vientre paciente y fructífero de nuestra madre, la Tierra, se esconden los embriones de plantas y hombres. Los elementos y las fuerzas majestuosas de la naturaleza eran vistos con asombro como poderes espirituales, cada criatura posee un alma en algún grado, aunque no necesariamente un alma consciente de sí misma.
Al Lakota le encantaba simpatizar y experimentar una comunión espiritual con sus hermanos del reino animal, cuyas almas mudas tenían algo de la pureza impecable. Tenía fe en los instintos de los animales, como en una sabiduría misteriosa dada desde lo alto. Y aunque aceptaba humildemente el sacrificio supuestamente voluntario de sus cuerpos para preservar el propio, rendía homenaje a sus espíritus mediante rezos y ofrendas prescritas. Cada acto de su vida es, en un sentido muy real. Su respeto por la parte inmortal del animal, su hermano, a menudo lo lleva a colocar el cuerpo de su presa ceremoniosamente en la tierra y decorar la cabeza con pintura simbólica o plumas. Entonces se pone de pie en actitud de oración, sosteniendo en alto la pipa llena, como muestra de haber liberado con honor el espíritu de su hermano, cuyo cuerpo su necesidad lo llevó a tomar para sustentar su propia vida.
Sobre Muerte y Reencarnación
La actitud del Lakota hacia la muerte, prueba y trasfondo de la vida, es enteramente compatible con su carácter y filosofía. La muerte no guarda terror para él; la encara con sencillez y perfecta calma, buscando sólo un fin honorable como su último regalo para su familia y sus descendientes. Por ende corteja la muerte en la batalla. Por otro lado, consideraría una desgracia ser asesinado en una disputa privada. Si uno está muriendo en casa, es costumbre llevar su cama al exterior conforme se acerca el fin, para que su espíritu pueda marcharse bajo el cielo abierto. Muchos Lakotas creían que uno podía nacer más de una vez, y había algunos que afirmaban tener pleno conocimiento de una encarnación pasada. También había quienes sostenían dialogos con algún espíritu gemelo nacido en otra tribu o raza.
El Silencio
El Lakota cree profundamente en el silencio, señal de un equilibrio perfecto. El silencio es el balance o equilibrio absoluto de cuerpo, mente y espíritu. El hombre que mantiene su individualidad siempre calmada y firme ante las tormentas de la existencia tiene la actitud y conducta de vida ideal en la mente del sabio.
El autocontrol, la verdadera valentía, la paciencia, la dignidad.
Sobre Medicina
No cabe duda que el Lakota consideraba la medicina algo muy cercano a las cosas espirituales. Como médico, originalmente era muy hábil y a menudo exitoso. Utilizaba únicamente cortezas, raíces y hojas curativas con cuyas propiedades estaba familiarizado, usándolas en forma de destilación o té y siempre individualmente. El baño de estómago fue uno de sus valiosos descubrimientos, y el baño de vapor se usaba extensamente.
Podía reparar un hueso roto con bastante éxito, pero nunca practicaba la cirugía en forma alguna. Además, el curandero poseía gran magnetismo y autoridad personales, y en su tratamiento a menudo buscaba restablecer el equilibrio de su paciente mediante influencias mentales o espirituales.
La palabra Sioux para el arte de curar es "wapiya", que literalmente significa "reajustar" o "renovar". "Pejuta", literalmente raíz, significa medicina, y "wakan" significa espíritu o misterio. De esta manera las tres ideas, aunque a veces asociadas, eran diferenciadas cuidadosamente. Es importante recordar que, antiguamente, el curandero no recibía pago alguno por sus servicios, que por naturaleza eran una función o un cargo honorable. Cuando la idea del pago y el trueque fue introducida y los honorarios exigidos, la avaricia y rivalidad resultantes condujeron a una gran pérdida.
Sobre la Civilización
Para el sabio Lakota, la concentración de población era la prolífica madre de todos los males, tanto morales como físicos. Argumentaba que el alimento es bueno, mientras que el exceso mata; que el amor es bueno, pero la lujuria destruye; y no menos temida que la pestilencia que se deriva de las moradas abarrotadas e insalubres, era la pérdida de poder espiritual inseparable del contacto demasiado estrecho con el prójimo. Cualquiera que haya vivido mucho al aire libre sabe que hay una fuerza magnética y sensible que se acumula en la soledad y que se disipa rápidamente con la vida en multitud; e incluso sus enemigos han reconocido el hecho de que, en cierto poder y aplomo innato, totalmente independiente de las circunstancias, el Lakota Americano no ha sido superado entre los hombres.
Sobre el Matrimonio
No había una ceremonia religiosa ligada al matrimonio, aunque por otro lado la relación entre un hombre y una mujer era considerada misteriosa y sagrada en sí misma. Creíamos que dos que se aman deben unirse en secreto antes del reconocimiento público de su unión, y deben probar su apoteosis con la naturaleza. Era costumbre que la joven pareja desapareciera en la espesura, pasando ahí algunos días o semanas en perfecta reclusión y doble soledad, regresando después al campamento como marido y mujer. Por lo general, seguía un intercambio de regalos y entretenimientos entre las dos familias, pero la bendición nupcial era otorgada por la sagrada Naturaleza.
Sobre la Mujer
En ellas se confería el código moral y la pureza de sangre. La esposa no tomaba el nombre de su marido ni entraba a su clan, y los hijos pertenecían al clan de la madre. Ella guardaba todas las propiedades de la familia, la descendencia se marcaba en la línea materna, y el honor de la casa estaba en sus manos. La modestia era su principal adorno; de ahí que las mujeres jóvenes usualmente eran silenciosas y retraídas. Pero la mujer que alcanzaba la madurez en años y sabiduría, o que hubiera mostrado una valentía notable en alguna emergencia, a veces era invitada a ser parte del consejo. Así gobernaba indisputable dentro de su propio dominio y era un pilar de fortaleza moral y espiritual, cuando ella cayó, la raza entera cayó con ella.
Sobre el Dar
Dar públicamente es una parte de toda ceremonia importante. Es común dar hasta el punto de total empobrecimiento. El Lakota, en su sencillez, literalmente regala todo lo que tiene a sus familiares, a los invitados de otra tribu o clan, pero sobre todo al pobre y al anciano, de quienes no espera nada a cambio. Finalmente, la ofrenda religiosa, podría ser de poco valor en sí misma, pero en la propia mente del dador debe llevar el significado y la retribución del verdadero sacrificio. Los huérfanos y los ancianos son cuidados invariablemente, no sólo por sus familiares cercanos, sino por todo el clan.
Es motivo de orgullo para los amorosos padres que sus hijas visiten a los desafortunados y los desvalidos, llevándoles alimento, peinando sus cabellos y arreglando sus vestimentas.
Sobre los Nombres
Los nombres Lakotas o bien eran apodos característicos otorgados en actitud juguetona, nombres de hazañas o nombres de nacimiento, o bien tenían significado religioso y simbólico. Se ha dicho que cuando nace un niño, algún accidente o aspecto inusual determina su nombre. Esto es a veces el caso, pero no es la regla. Un hombre de carácter vigoroso, con buenos antecedentes de guerra, por lo general lleva el nombre del búfalo o del oso, del relámpago o de alguna fuerza natural temida. Otro de naturaleza más pacífica tendría un nombre de la parte menos salvaje de la naturaleza.
El nombre de una mujer por lo general sugería algo en relación al hogar, a menudo con el adjetivo guapa, una terminación femenina. Los nombres de cualquier dignidad o importancia deben ser conferidos por los ancianos, y especialmente si tienen significado espiritual, tales nombres a veces eran portados por tres generaciones, pero cada individuo debía probar que lo merecía.
Sobre las Propiedades
El Lakota verdadero no pone precio ni a su propiedad ni a su trabajo. Su generosidad está limitada sólo por su fuerza y habilidad. Considera un honor ser elegido para un servicio difícil o peligroso, y juzgaría vergonzoso pedir cualquier recompensa. No obstante, reconoce los derechos en la propiedad. Robar a uno de su tribu ciertamente es una desgracia si se descubre, y el nombre "Wamanon" o Ladrón se le confiere para siempre como algo inalterable. La única excepción a la regla es en el caso del alimento, que está siempre disponible para el hambriento, si no hay nadie cerca que se lo ofrezca. No podía haber otra protección además de la ley moral en una comunidad Lakota, donde no existían cerrojos ni puertas, y todo estaba abierto y era de fácil acceso para todos los visitantes.
Sobre la Guerra
Nunca había deseo por el engrandecimiento territorial o el derrocamiento de una nación hermana. El hombre que mataba a otro en batalla tenía que guardar luto durante treinta días, pintando su cara de negro y soltándose el cabello, según la costumbre. Por supuesto que él no consideraba pecado el arrebatar la vida de un enemigo, y este luto ceremonial era en señal de reverencia por el espíritu difunto. Las crueldades injustificables y las costumbres más bárbaras de guerra se intensificaron de manera considerable con la llegada del hombre blanco, encendiendo las peores pasiones del Lakota, provocando en él sentimientos de venganza y codicia. El asesinato dentro de la tribu era una ofensa grave, y a menudo sucedía que el asesino fuese convocado a pagar la pena con su propia vida. Él no intentaba escapar o evadir la justicia. Que el crimen fuese cometido en las profundidades del bosque o a altas horas de la noche, sin ojo humano que lo atestiguara, no marcaba diferencia alguna en su mente. No dudaba en entregarse para ser enjuiciado por los ancianos sabios del clan de la víctima. El asesinato intencional era un suceso raro antes, porque no era un pueblo violento ni pendenciero.
Sobre la Valentía
Ni siquiera los peores enemigos del Lakota (el hombre blanco) han negado su valentía, aunque en sus mentes se trate de una valentía ignorante, brutal y fantástica. Su propia concepción de bravura la convierte en una virtud altamente moral, pues para él no consiste en fuerza agresiva sino en autocontrol absoluto. Alguien verdaderamente valiente no se rinde ante el miedo, el enojo, el deseo o la agonía; él es amo de sí mismo en todo momento; su valentía se eleva al verdadero heroísmo.

lunes, 6 de octubre de 2014

Nuestras trampas mentales y cómo superarlas

Nuestras trampas mentales y cómo superarlas

Por:  30 de septiembre de 2014
Trampamental
Tengo una mala y una buena noticia, como en los chistes. La mala, tu mente te engaña. La realidad la observas con unas gafas que llevan unos determinados filtros. Dichos filtros hacen que ante un mismo acontecimiento (un cambio, una mala noticia o un ruptura), haya personas que lo contemplen como una maravillosa oportunidad y otros, que se ahoguen en un vaso de agua. Los filtros son tan potentes, que actúan como trampas, que nos atrapan y que nos introducen en emociones no siempre agradables. Por eso, dependiendo de tus filtros o de tus trampas, sufrirás o disfrutarás con lo que haces. Ya lo hemos dicho: la mente es capaz de engañarse a sí misma hasta jugando al solitario. Ahora bien, la buena noticia es que eres capaz de cambiar los filtros y contemplar la vida de un modo más amable. La realidad no puedes modificarla (si te han despedido, te han despedido; si te han abandonado, te han abandonado…), pero sí puedes modificar la interpretación de la misma y, con ello, transformar tus emociones (tengo oportunidad de comenzar un proyecto de trabajo que me ilusione o existen nuevas experiencias en el amor que puedo comenzar a vivir…). En definitiva, puedes escaparte de tus propias trampas, aunque no sea fácil, como ya decía el gran Albert Einstein:
¿Qué sabe el pez del agua en el que nada toda la vida?
Es difícil pero no imposible. ¿Cómo puedes hacerlo? Cada vez que te asalte un pensamiento negativo, recapacita en qué trampas estás cayendo. En la medida que conozcas tus trampas mentales, podrás distanciarte de ellas. Es decir, si te viene a la mente: “Siempre me pasa a mí lo peor” en vez de introducir más leña al fuego y enfadarte con lo que te ha sacado de quicio, toma distancia y observa que estás generalizando. “¿Seguro que siempre te pasa lo peor? ¿Nunca te ha ocurrido nada bueno?” Verás que no es cierto. Que hay cosas buenas y otras no tan positivas. Pero la generalización te aleja de la realidad, te impide ver otras cosas más amables y lo que es peor, te puede llevar a emociones incómodas. Pues bien, veamos algunas de las famosas trampas con algún ejemplo y hagamos una tabla de gimnasia mental para alejarnos de ellas, como dice mi socia Marta Romo.
  • Generalizar (siempre, todo, nunca…)Aquí se enmarcan las frases de tipo “Nunca me hablas cuando ves la televisión”, “Mi jefe siempre me ignora”, “O todos los italianos comen pasta dos veces al día”… Puede que sea habitual, pero seguro que hay ciertas excepciones.
  • Etiquetar antes de conocer“Los españoles son toreros” o “Las rubias son tontas”, además de generalizar se está etiquetando y está claro que es erróneo, aunque por supuesto haya españoles toreros y rubias con poco cociente intelectual.
  • CatastrofismoCuando anticipamos cualquier acontecimiento de un modo negativo. Una frase habitual está relacionada con ¿Y si?...  “¿Y si va mal toda la fusión?”, “¿Y si me equivoco?”… Date tiempo para comprobarlo y para equivocarte, pero no te agobies anticipadamente.
  • Leer el pensamiento de otros“Seguro que ha pensado que soy un desastre”. Aquí es cuando se hace alarde de vidente o de echador de cartas. Imaginamos que los otros piensan de nosotros cosas peores de lo que realmente ocurre. También puede ser al contrario, si caemos en un cierto narcisismo. En cualquier caso, es presuponer y sufrir si es algo negativo.
  • DramatizarEn este apartado se encuentra cualquier exageración del tipo “Todo ha sido horrible” o la queja constante. He visto auténticos profesionales que dramatizan para llamar la atención y lo que consiguen es generar emociones incómodas a su alrededor y a ellos mismos.
  • La hiperresponsabilidadCaemos en esta trampa cuando nos sentimos los salvadores del planeta y creemos que nuestro mundo no puede continuar sin nosotros. “Yo soy quien debo hacerlo todo”, “Necesito tenerlo todo absolutamente controlado porque si no, ya se sabe…” El agotamiento que genera para uno mismo esta trampa es considerable.
  • El mundo del deberíaAquí sustituimos el deseo como una obligación que, además, nos hace sufrir:  “Debería continuar esta relación”… en vez de reconocer que “necesito continuar esta relación”. Cuando hablas de lo que realmente necesitas, te sientes más fuerte para asumir tu decisión.
Como verás, hay trampas de todos los colores. En el fondo, una trampa es cuando generalizamos la realidad (“siempre tengo mala suerte”), la distorsionamos con interpretaciones extrañas (“la gente piensa que soy raro”) o porque solo contemplamos una parte de ella (“a nadie le ha gustado la conferencia”). Si eres capaz de observar tu trampa mental y de aterrizarlo, serás capaz de sufrir menos y, por tanto, de ser más feliz. Sin duda, es un buen deporte para practicar.
Imagen: Licencia Creative Commons, Retinal Fetish

domingo, 14 de septiembre de 2014

La identidad

La identidad es el sentido de continuidad en la experiencia de nosotros mismos, una continuidad histórica, étnica, generacional, nacional, que incluye valores, creencias y un sentido de pertenencia a algo supraindividual, a algo que está más allá de nosotros mismos trascendente o banal pero que en cualquier caso es una experiencia compleja que incluye a la memoria, a la autoimagen, a la vivencia del tiempo y a las emociones y valores, sobre todo a esa dificil síntesis entre el apego y a la autonomía personal. La identidad se encuentra a medio camino entre el ser y el otro.

martes, 9 de septiembre de 2014

Contigo mano a mano

"Contigo, mano a mano busquemos otros prados y otros ríos, otros valles floridos y sombríos, donde descanse, y siempre pueda verte ante los ojos míos, sin miedo y sobresalto de perderte"

GARCILASO DE LA VEGA

domingo, 7 de septiembre de 2014

Quiero seguir soñando

Ya no me creo los cuentos de antaño, esos de príncipes, princesas, visiones disney sesgadas de la realidad, que todos tarde o temprano acabamos queriendo imitar, como si nos señalaran el camino de la felicidad. Señor si usted hace esto que le proponemos, usted es muy posible que alcance la felicidad., así en plan serio, pero al fin y al cabo es lo mismo que el cuento que nos contaban de pequeños, si el príncipe se casaba con la princesa todo era felicidad. O los problemas se solucionan si uno tiene un millón de amigos, como decía la canción.
A decir verdad, todos queremos creer que hay un camino. Aunque el camino sea un cuento. Lo que no es conveniente en que aún sabiendo que es cuento, queramos seguir haciéndolo realidad. Queramos cumplir con todos los estereotipos que nos han metido dentro. Es como si te prestaran un traje que te quedara chico. Estas con las mangas cortas, con lo que eso fastidia. y la pierna del pantalón llegando a la canilla. Es un traje que no nos queda bien y que se estropea con mucha facilidad. Como nuestro cuerpito soportando toda ese cuento que no han contado. Hasta que un día vamos percibiendo algo que nos indica que el cuento está fallando. Como si la película se estropeara y ya no encajara la imagen con el sonido. Como! Qué es ese sonido que chirría? Por qué no soy feliz? Pero espera, es que he hecho algo mal? Por qué me pasa esto a mi, que he cumplido medio bien lo que me habéis dicho, entonces, por qué no soy feliz?. A partir de aquí empieza el verdadero camino.
Sería conveniente que entráramos en el camino lo antes posible, no sabemos lo que nos vamos a encontrar pero interiormente todos sabemos que es el camino correcto.

miércoles, 23 de julio de 2014

Llantos de comprensión

Desierto que espera agua
agua que busca sonrisas
Semillas de sonrisas
agua del desierto.

Llantos de superación madura
madurez de llantos comprendidos
comprensión de flores y helechos
laurisilva de suave caricia

sonrisa que cae en tierra yerma
flores que beben sonrisas
-yo?, una flor.
-tu bebes sonrisas?

Flores que nacen de lágrimas
semillas de comprensión
lágrimas que buscan germinar
las flores de tus sonrisas.

lunes, 7 de julio de 2014

Todo depende de mi atención.

- Voy a pasar unos testigos que confirmarán su sentencia de muerte, ya está todo dispuesto es un mero tramite, nos obligan a hacerlo, en cuanto acabemos accionaré el mecanismo que hará caer sobre usted la hoja que cercenará su cabeza del resto de su cuerpo, hoy acabarán su andanzas, es inevitable- dijo con tono solemne el guillotinador.
No se podía creer que estuviera en esa situación. Todo había sido cosa del destino, penso, inevitable era la palabra que había utilizado el verdugo. En su cara afloró de repente una media sonrisa. Entonces llamó a su verdugo.
-Por favor señor le reuego que me permita decirle algo antes que entren esas personas- rogó el reo.
-Me parece que es un poco tarde para hablar, de nada te servirá retrasar lo inevitable, nada de lo que digas servirá de nada- replico el verdugo con tono irónico.
-Acabo de recuperar la conciencia, no he podido hablar con nadie, no sé de qué se me acusa.-dijo el aguillotinado.
-Se te acusa de romper con los principios básicos de la verdad.
-Que verdad- replicó.
-Los principios básicos de utopía. Sentenció el verdugo.
-Eso es imposible, siempre me he sentido comprometido con esos principios, de hecho colaboré en su redacción, utopía era "mi utopía", decir que he roto con estos principios es decir que roto mis principios, los principios de mi verdad.-reflexionó el condenado.
El guillotinador entonces lo miró con condescendencia y mostró un sonrisa satisfecha.
Entonces el acusado lo entendió, entendió toda su vida en un instante, se vio de frente contra el fuego eterno de su propio destino y su autentica naturaleza original y con estas palabra se dirigió a su verdugo.
- Le ruego que me permita decir una última cosa. No hace falta que entren los testigos, todos confirmarán la que ya usted y yo sabemos, necesito unos minutos a solas para poder asumir lo inevitable como usted muy bien dijo, a continuación yo mismo accionaré el mecanismo.
Entre asombro y seriedad y tras una breve reflexión accedió a la petición. Dando una orden hizo desalojar la sala. En la sala vacía a excepción del verdugo, el condenado y la guillotina, reinaba un silencio de ultratumba.
-Te doy media hora exacta, transcurrido ese tiempo si no la accionas tú, lo haré yo. Dijo el verdugo con tono solemne y fue a un rincón de la sala y permaneció allí sentado en silencio entrando en una especie de trance.
Con una sonrisa serena el reo empezó a rememorar todos esos momentos que había constituido una vida feliz y dichosa. Abrazos, besos, desplantes, descubrimientos, amores, amigos, separaciones, movimientos y muertes. Todo eso que forma una vida y en la cual cada una poco a poco se va descubriendo a sí mismo y va conociendo lo bueno y lo malo y se da cuenta que no hay nada bueno ni malo para siempre, hasta que por un azar o por una falta de atención empezamos a olvidarnos de quién somos, nos olvidamos de nosotros mismos de lo bello y eterno y como dijo su verdugo nos olvidamos de nuestra verdad. Al final que somos sino una luz en movimiento perpetuo que cambia de forma a cada paso.
En ese momento la luz emanó de él y se extendió por toda la sala.
El guardia al verle se levantó de repente, dándose cuenta que en ese instante el reo había accionado el mecanismo y la hoja empezaba a bajar a toda velocidad.

El palacio de la Paz y la Felicidad está donde mi ser está.

Todos tenemos uno, caminamos hacia el, algunos cogemos caminos equivocados, otro, piensan que el camino es demasiado duro, se desvían, no es su momento.
Aún así,  todos sabemos donde está nuestro palacio de la Paz y la Felicidad.

Me encanta

Me encanta que te vayas sin irte
me encanta que vuelvas, vuelvas.

martes, 1 de julio de 2014

Infinita tristeza

Demasiado silencio en el viento
demasiado silencio en las flores
lagartos que se pasean, ahora, sin temor
cubo de agua para siempre vacío

Demasiado silencio en el transcurrir de la vida
demasiado silencio en el retumbar de mi corazón
coches que pasan y no se oye nada
gente que se acerca a mi puerta y no ocurre nada

Demasiado silencio en mi
demasiado silencio en mi patio
infinita tristeza dentro de mi
despedida agria de un amigo sin fin.

Dani para doguito

domingo, 22 de junio de 2014

El puro presente

El puro presente ni es sino el fugitivo progreso del pasado yendo al futuro. Toda percepción ya es memoria. 

jueves, 5 de junio de 2014

Necesitamos tanta comunicación?

Necesitamos tanta comunicación? Tanta comunicación en todo momento y lugar? Es realmente necesario? Porque no podemos dejar de mirar el washap, facebook, tuiter, etc? De donde viene ese afán de estar siempre al tanto de todo?
Hoy en día las comunicaciones son de muy baja calidad y parece que nos conformamos con eso, y no solo eso nos parece bien sino que alardeamos de tener una vida social rica. Comunicación al fin y al cabo desprovista de casi la totalidad de matices que contiene una autentica comunicación, por mucho emoticono que haya, porque una carita sonriente o triste no te dice nada más allá de que a esa persona algo, lo cual no podemos saber exactamente que, le produce simpatía o tristeza y no digamos ya de en que intensidad, por lo tanto, toda la carga del mensaje se la tendremos que poner nosotros como receptores, osa que, no estamos teniendo una conversación real sino imaginaria en que cada cual interpreta algo que el otro medio quiere decir.
No digo que este mal ni menosprecio la indiscutible utilidad de tener un medio de comunicación tan cercano y eficaz como estos, con los cuales conectamos y transmitimos conocimiento a la velocidad de la luz en todo momento y lugar, pero, no estaremos haciendo mal uso de ellas?. Es decir, no estaremos perdiendo ese espacio que cada uno debe tener para reflexionar por si mismo, pensar por si mismo, sin buscar la opinión del otro, ya sean amigos, familiares, pareja, etc. Esa auto-responsabilidad de su ser y estar en este mundo. No llegará un momento en que no habrá originalidad porque se habrá perdido la individualidad?

sábado, 31 de mayo de 2014

GASSHO

GASSHO

Gassho es la abreviatura para „gatsu-sho“.
Una historia dice que después de un encuentro entre Mahatma Gandhi y Albert Einstein, el científico le preguntó a Gandhi cual es el significado de este gesto que en otras tradiciones budistas se llama Namasté. Gandhi respondió de la siguiente manera: “honro el lugar en ti, en el cual se encuentra todo el universo. Honro el lugar de la luz, del amor, de la verdad, de la paz y de la sabiduría que se encuentra en ti. Honro el lugar en ti, donde, cuando tu y yo estamos ahí, nosotros ambos somos solo uno.
Gassho es un gesto de respeto hacia los demás y hacia todas las existencias. Dirige el espíritu por encima del ego y de las consideraciones personales. Gassho crea armonía entre los seres, por muy diferentes que sean. Cuando la acción es la justa, el mundo se vuelve justo. Cuando hacemos sinceramente gassho por los demás, se crea una mutua simpatía. Si lo hacemos por el universo entero, incluso los árboles, las montañas y los ríos sienten esta simpatía y nos la devuelven a su vez.
En la postura de gassho, las manos se colocan una contra otra con toda la superficie de los dedos y de las palmas en contacto. Los antebrazos están horizontales, la punta de los dedos a la altura de la nariz. La posición de las manos influye en el cerebro. La mano derecha esta en relación con el mundo conceptual, racional del cerebro, la mano izquierda corresponde al mundo de la intuición, mundo invisible, espiritual. Las manos juntas en gassho hacen realidad la unidad entre el ego y el cosmos, entre lo material y lo espiritual.

domingo, 25 de mayo de 2014

Dentro de cien años

Dentro de cien años es muy probable que todos los que estamos aquí (incluido yo)  hayamos desaparecido de la faz de la tierra y nos hayamos convertido en polvo o ceniza. Al pensarlo me asalta una extraña sensación. Y todo lo que se encuentra ante mis ojos acaba pareciéndome  una ilusión.

viernes, 2 de mayo de 2014

Libertad de pensamiento

"A fin de cuentas, pensar libremente significa también distanciarse del cuerpo. Salir de esa jaula que te limita.Romper las cadenas y simplemente darle alas a la mente. Proporcionarle a las ideas una vida natural: ahí es donde radica el núcleo de la libertad de pensamiento."

Los años de peregrinación del chico sin color
Haruki Murakami

miércoles, 30 de abril de 2014

VEMOS LA REALIDAD

VEMOS LA REALIDAD desde el programa emocional /logicoracional que tengamos instalado en ese momento.  Así, no vemos la totalidad que es realmente la realidad.

martes, 29 de abril de 2014

Enfado

De quién es el enfado? .
El enfado que tuve con mi vecino, novio/a, padre, madre etc.  de quien es? .  Si no es mío porque me molesta tanto?  y si es mío,  porque no lo suelto? .

lunes, 28 de abril de 2014

Las pequeñas instrucciones de oro de la meditación

La clave del mindfulness es la observación. Desde la primera sesión, la instrucción se va a mantener con cada sentada. “Observa aquello que aparezca
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Primero observamos la respiración y si aparece un pensamiento que nos distraiga, volvemos la atención de nuevo a la respiración. Observación es atención, es sentir. Notamos los sutiles cambios corporales que ocurren al inhalar y exhalar. Notamos como la caja torácica se estira y contrae, como el aire entra y sale por la nariz, o simplemente notamos nuestro cuerpo se mueve como mecido por el ritmo respiratorio.

Sin embargo, la atención no es la única regla de la meditación. La atención debe ir acompañada de una actitud característica. Siegel habla de las cualidades CAAA: Curiosidad, Aceptación, Apertura y Amor. La razón del énfasis en la actitud, y en concreto en estas cuatro características, es que mantenerlas previene ese ciclo de enjuiciamientos negativos que pervierten toda la práctica.

Si observamos sin la debida actitud, tarde o temprano aparecerán esas vocecitas que nos dicen que no lo estamos haciendo bien, que no notamos suficientemente la respiración, o que tenemos muchas otras cosas que hacer… Quizá incluso no sea a través de pensamientos sino de una sensación incómoda de agitación o una somnolencia pertinaz. Depende de si dentro tenemos un crítico, un perezoso o un perfeccionista.
Al final, sea como sea, aparecen obstáculos. Y ante esos obstáculos, la receta de la actitud es fundamental para no contaminar la práctica. Si aparecen pensamientos, sensaciones o distracciones, no nos resistimos a ellas. No nos flagelamos ni tratamos de rechazarlas. Eso es aceptación y amor. Pero tampoco nos rendimos a ellas, regresamos a observar la respiración con apertura y curiosidad, que son actitudes que fomentan la observación. “¿Habrá cambiado la inhalación por ese pensamiento?” “Vamos a ver qué pasa si no presto atención a ese cosquilleo en la pierna“.
Poco a poco, a medida que vayamos estabilizando la serenidad, podremos dirigir la atención a esos pensamientos, sensaciones y percepciones, pero siempre desde el plano de la curiosidad, la apertura, la aceptación, el afecto.
Entonces, las instrucciones fundamentales se mantienen iguales, aunque el objeto de la atención sea diferente: “¿Por qué precisamente ha aparecido este pensamiento que me distrae?”

martes, 8 de abril de 2014

Sólo hay

Observa a tu alrededor sin intención y verás que el mundo carece de dirección.
No hay abajo ni arriba, dentro y fuera es una ilusión
Los significados son creaciones nuestras. Nuestros pensamientos están dirigidos a objetivos. Pero cuando abandonamos los pensamientos, abandonamos los objetivos, abandonamos la dirección.
Es entonces cuando todo se muestra como es.
Lavamos los platos por lavar los platos.
Nos vestimos por estar vestidos.
No hay dirección, no hay un motivo escondido.
Sin dirección y sin motivo no hay fracaso ni éxito.
Sólo hay.

lunes, 7 de abril de 2014

Capacidad de Concentración

Concentracion meditacion espiritualidad yoga introspeccion consciencia despertar buda estatua asiatico mirada ojos cielo
La capacidad de concentración ha llegado a ser un bien escaso en la vida del hombre cibernético. Verdaderamente parece hacerlo todo por evitar concentrarse. Le gusta hacer varias cosas a la vez, como oír música, leer, comer y charlar con los amigos.
Verdaderamente la  televisión es una buena escuela de desconcentración. Al interrumpir los programas con anuncios, condiciona a los espectadores a no concentrarse.
Muchos estudiantes tienen la costumbre de no leer nunca un libro  entero, aunque no haya resúmenes. La introducción, la conclusión, unas cuantas páginas que haya señalado el profesor y ya “se sabe” el pensamiento del autor, al menos superficialmente, sin necesidad de concentrarse.
La concentración ha llegado a ser un fenómeno tan raro, entre otras causas, porque tenemos miedo a concentrarnos porque tenemos miedo a perdernos si nos dejamos absorber demasiado por una persona, una idea o un hecho.
La concentración requiere actividad interior, no agitación, y esta actividad es infrecuente hoy, cuando la agitación es la clave del éxito.
Al contrario de lo que podemos pensar, la falta de concentración cansa, mientras que la concentración despierta, nos hace sentirnos vivos al movilizar nuestras energías físicas y mentales.
¿A dónde iría la industria si la gente empezase a concentrarse en unas cuantas cosas, en vez de cansarse enseguida de todas y de correr a comprar otras nuevas, que sólo interesan por ser nuevas?

¿Cómo puede aprender uno a concentrarse?
Como primer ejercicio le sugiero que se practique la tranquilidad, Lo cual puede significar, en concreto, sentarse tranquilo durante unos 10 minutos, por ejemplo, sin hacer nada ni, en lo posible, pensar en nada, pero atendiendo a lo que ocurre dentro de nosotros. Quien crea que es fácil es que no lo ha intentado nunca. Quien lo intente verá que es bastante difícil. Este es solo un primer ejercicio para aprender a concentrarse. Debería extenderse de 10 a 15 o 20 minutos, practicándolo regularmente todos los días.
Durante meses, nos pasarán por la cabeza otros muchos pensamientos, que perturbarán la concentración. En esto como en cualquier otra cosa, la fuerza no hace ningún bien. NO SIRVE DE NADA TRATAR DE RECHAZAR VIOLENTAMENTE LOS PENSAMIENTOS TANGENCIALES, ENFRENTÁNDONOS A ELLOS COMO SI FUESEN ENEMIGOS, para sentirnos derrotados en caso de no haber ganado la batalla. Tenemos que tratarlos cortésmente, lo cual quiere decir que DEBEMOS TENER PACIENCIA CON NOSOTROS MISMOS. (La impaciencia suele ser un efecto de la intención de imponerse)
En este como en cualquier otro aprendizaje, es importante la capacidad de soportar el fracaso.
La fabricación mecánica de productos que escupen las máquinas, no conoce el fracaso, pero tampoco la perfección. Este modo de producción nos ha inducido al curioso engaño de que el camino que conduce a la perfección es recto y placentero. Tener en cuenta que el camino que conduce a la concentración, como a cualquier otra meta, acarrea forzosamente fracasos y decepciones es lo único que puede evitarnos el desaliento.
El concepto budista de la concentración significa un modo de ser por el que uno se concentra enteramente en lo que hace en todo momento, esté plantando una semilla, limpiando una habitación o comiendo. Según decía un maestro zen: “Si estoy durmiendo, duermo; si estoy comiendo, como”.
Según el budismo, con plena conciencia de la realidad, pueden vencerse la codicia, el odio y por tanto el sufrimiento.
La atención no  significa no hacer nada distraídamente, sino con plena concentración en lo que se hace, sea andar, comer, pensar o mirar, de modo que la vida quede completamente iluminada por la plena consciencia.

AUTOR: Erich Fromm
LIBRO: Del Ser al Tener

miércoles, 2 de abril de 2014

El hilo de Ariadna o “cobrando perspectiva”

ariadna y teseoTeseo era un joven ateniense dispuesto a liberar a Atenas del tributo humano impuesto por Creta: siete jóvenes y siete doncellas habían de ser ofrecidos al insaciable Minotauro, el cual estaba encerrado en un laberinto por ser un peligroso antropófago. Ariadna, hija del rey de Creta, loquita por los huesines de Teseo, decide ayudarle para que pudiera salir del laberinto en caso de que matara al Minotauro y, a tal fin, le entregó un ovillo de hilo para que, una vez atado a la entrada del laberinto, lo fuera desenredando y, tras matar al Minotauro y liberar a Atenas del sangriento tributo, pudiera, siguiendo el hilo, encontrar la salida del laberinto.
La liberación es ese cambio en la cosmovisión que permite fluir con la realidad comprendiendo los principios fundamentales de la misma, pero para poder llegar a ello uno se ha adentrado en el laberinto de la práctica. No podemos liberarnos si no desarrollamos la habilidad de autorregular nuestra atención, nuestras emociones, nuestras motivaciones y nuestros pensamientos.
Primero aprendemos a educar nuestra atención, es decir, a autorregularla voluntariamente (No Resistirse – No Rendirse), desidentificándola del discurso mental y, a la par, desarrollamos la serenidad de la mente (encuentro con el vacío mental o silencio) y del cuerpo (equilibrio entre la actividad simpática y parasimpática) mediante la atención a las sensaciones d ella respiración y, en concreto, a las de la exhalación. Después, una vez sosegados, descubrimos el estado mindful de consciencia (siempre estuvo ahí, pero estaba velado por la agitación mental). Una vez que lo hemos descubierto, lo estabilizamos (aprendemos a sostenerlo, adentrar y salir de él a voluntad).
La siguiente etapa se dedica a irlo llevando a la vida diaria, pues, hasta entonces, prácticamente todo se resumía en la sala de meditación. Es cuando vemos, oímos, olemos, gustamos y sentimos las sensaciones táctiles y las interoceptivas y propioceptivas estando en estado de consciencia mindful. Así que nos entrenamos para desarrollar la habilidad de experimentar las sensaciones con serenidad, lucidez y ecuanimidad (estado mindful de consciencia). Esta práctica, puesto que todo son sensaciones, es básica. Después, empezamos aprender a experimentar nuestras emociones y la intencionalidad (prácticas de compasión y autocompasión) desde el estado mindful.
Hasta aquí, hemos desarrollado la habilidad de autorregular nuestra atención, nuestras emociones y nuestra intencionalidad. Nos queda, aún una fase más: autorregular nuestra cognición. Para ello, empezamos a practicar la consciencia mindful sin elección y empezamos por recuperar el pensamiento que, hasta este momento, era relegado (no reprimido) a fin de acostumbrarnos a tener una mirada no conceptual de la realidad (lo que experimentamos). Esto significa que ya no vamos a elegir entre el silencio y el pensamiento, sino que, sentados en la consciencia mindful, vamos a contemplar el imparable flujo pensamiento-silencio-pensamiento. Ya no estamos identificados con el silencio y la serenidad es un estado interior que nada tiene que ver con tener la mente vacía. Cuando practicamos formalmente así, la ecuanimidad domina y los pensamientos no nos mueven emocionalmente, pero, si lo hacen, nos damos clara, serena y ecuánime cuenta de ello. Este entrenamiento, junto con el ya adquirido cuando practicábamos con las emociones, nos va a permitir ir a la vida diaria y poder monitorizar la secuencia suceso-interpretación cognitiva-reacción emocional. A base de observarla, desaparece, es menos frecuente o/y se atenúa.
Aún más, cuando somos capaces de aceptar nuestra experiencia, sea la que sea, sin modificarla (consciencia sin elección), pero encontrando respuestas adaptativas, entonces podemos empezar a contemplar los principios por los que la realidad se rige: impermanencia, contingencia, todo es consciencia y, a pesar de ello, nuestros actos tienen consecuencias. Esto último es muy importante, pues, si buscamos la felicidad, no podemos potenciar consecuencias generadores de sufrimiento propio y ajeno por muy impermanentes, contingentes y hechas de consciencia que estén las cosas (si uno quiere permanecer tranquilo, no hay nada como no meterse en líos).
Espero que este hilo de Ariadna os ayude a adquirir o mantener la perspectiva, sabiendo el recorrido que habéis realizado entrado en el laberinto de la práctica a fin de matar (autorregular o domesticar) a vuestro Minotauro (el gran constructor; vuestros condicionamientos o automatismos) que se alimentaba de vuestra propia vida. Este hilo permite salir del laberinto y entrar en él a voluntad.
Dr. Santiago Segovia Vázquez
Catedrático de Psicobiología