Buscar en el blog

miércoles, 30 de abril de 2014

VEMOS LA REALIDAD

VEMOS LA REALIDAD desde el programa emocional /logicoracional que tengamos instalado en ese momento.  Así, no vemos la totalidad que es realmente la realidad.

martes, 29 de abril de 2014

Enfado

De quién es el enfado? .
El enfado que tuve con mi vecino, novio/a, padre, madre etc.  de quien es? .  Si no es mío porque me molesta tanto?  y si es mío,  porque no lo suelto? .

lunes, 28 de abril de 2014

Las pequeñas instrucciones de oro de la meditación

La clave del mindfulness es la observación. Desde la primera sesión, la instrucción se va a mantener con cada sentada. “Observa aquello que aparezca
stockimages
Primero observamos la respiración y si aparece un pensamiento que nos distraiga, volvemos la atención de nuevo a la respiración. Observación es atención, es sentir. Notamos los sutiles cambios corporales que ocurren al inhalar y exhalar. Notamos como la caja torácica se estira y contrae, como el aire entra y sale por la nariz, o simplemente notamos nuestro cuerpo se mueve como mecido por el ritmo respiratorio.

Sin embargo, la atención no es la única regla de la meditación. La atención debe ir acompañada de una actitud característica. Siegel habla de las cualidades CAAA: Curiosidad, Aceptación, Apertura y Amor. La razón del énfasis en la actitud, y en concreto en estas cuatro características, es que mantenerlas previene ese ciclo de enjuiciamientos negativos que pervierten toda la práctica.

Si observamos sin la debida actitud, tarde o temprano aparecerán esas vocecitas que nos dicen que no lo estamos haciendo bien, que no notamos suficientemente la respiración, o que tenemos muchas otras cosas que hacer… Quizá incluso no sea a través de pensamientos sino de una sensación incómoda de agitación o una somnolencia pertinaz. Depende de si dentro tenemos un crítico, un perezoso o un perfeccionista.
Al final, sea como sea, aparecen obstáculos. Y ante esos obstáculos, la receta de la actitud es fundamental para no contaminar la práctica. Si aparecen pensamientos, sensaciones o distracciones, no nos resistimos a ellas. No nos flagelamos ni tratamos de rechazarlas. Eso es aceptación y amor. Pero tampoco nos rendimos a ellas, regresamos a observar la respiración con apertura y curiosidad, que son actitudes que fomentan la observación. “¿Habrá cambiado la inhalación por ese pensamiento?” “Vamos a ver qué pasa si no presto atención a ese cosquilleo en la pierna“.
Poco a poco, a medida que vayamos estabilizando la serenidad, podremos dirigir la atención a esos pensamientos, sensaciones y percepciones, pero siempre desde el plano de la curiosidad, la apertura, la aceptación, el afecto.
Entonces, las instrucciones fundamentales se mantienen iguales, aunque el objeto de la atención sea diferente: “¿Por qué precisamente ha aparecido este pensamiento que me distrae?”

martes, 8 de abril de 2014

Sólo hay

Observa a tu alrededor sin intención y verás que el mundo carece de dirección.
No hay abajo ni arriba, dentro y fuera es una ilusión
Los significados son creaciones nuestras. Nuestros pensamientos están dirigidos a objetivos. Pero cuando abandonamos los pensamientos, abandonamos los objetivos, abandonamos la dirección.
Es entonces cuando todo se muestra como es.
Lavamos los platos por lavar los platos.
Nos vestimos por estar vestidos.
No hay dirección, no hay un motivo escondido.
Sin dirección y sin motivo no hay fracaso ni éxito.
Sólo hay.

lunes, 7 de abril de 2014

Capacidad de Concentración

Concentracion meditacion espiritualidad yoga introspeccion consciencia despertar buda estatua asiatico mirada ojos cielo
La capacidad de concentración ha llegado a ser un bien escaso en la vida del hombre cibernético. Verdaderamente parece hacerlo todo por evitar concentrarse. Le gusta hacer varias cosas a la vez, como oír música, leer, comer y charlar con los amigos.
Verdaderamente la  televisión es una buena escuela de desconcentración. Al interrumpir los programas con anuncios, condiciona a los espectadores a no concentrarse.
Muchos estudiantes tienen la costumbre de no leer nunca un libro  entero, aunque no haya resúmenes. La introducción, la conclusión, unas cuantas páginas que haya señalado el profesor y ya “se sabe” el pensamiento del autor, al menos superficialmente, sin necesidad de concentrarse.
La concentración ha llegado a ser un fenómeno tan raro, entre otras causas, porque tenemos miedo a concentrarnos porque tenemos miedo a perdernos si nos dejamos absorber demasiado por una persona, una idea o un hecho.
La concentración requiere actividad interior, no agitación, y esta actividad es infrecuente hoy, cuando la agitación es la clave del éxito.
Al contrario de lo que podemos pensar, la falta de concentración cansa, mientras que la concentración despierta, nos hace sentirnos vivos al movilizar nuestras energías físicas y mentales.
¿A dónde iría la industria si la gente empezase a concentrarse en unas cuantas cosas, en vez de cansarse enseguida de todas y de correr a comprar otras nuevas, que sólo interesan por ser nuevas?

¿Cómo puede aprender uno a concentrarse?
Como primer ejercicio le sugiero que se practique la tranquilidad, Lo cual puede significar, en concreto, sentarse tranquilo durante unos 10 minutos, por ejemplo, sin hacer nada ni, en lo posible, pensar en nada, pero atendiendo a lo que ocurre dentro de nosotros. Quien crea que es fácil es que no lo ha intentado nunca. Quien lo intente verá que es bastante difícil. Este es solo un primer ejercicio para aprender a concentrarse. Debería extenderse de 10 a 15 o 20 minutos, practicándolo regularmente todos los días.
Durante meses, nos pasarán por la cabeza otros muchos pensamientos, que perturbarán la concentración. En esto como en cualquier otra cosa, la fuerza no hace ningún bien. NO SIRVE DE NADA TRATAR DE RECHAZAR VIOLENTAMENTE LOS PENSAMIENTOS TANGENCIALES, ENFRENTÁNDONOS A ELLOS COMO SI FUESEN ENEMIGOS, para sentirnos derrotados en caso de no haber ganado la batalla. Tenemos que tratarlos cortésmente, lo cual quiere decir que DEBEMOS TENER PACIENCIA CON NOSOTROS MISMOS. (La impaciencia suele ser un efecto de la intención de imponerse)
En este como en cualquier otro aprendizaje, es importante la capacidad de soportar el fracaso.
La fabricación mecánica de productos que escupen las máquinas, no conoce el fracaso, pero tampoco la perfección. Este modo de producción nos ha inducido al curioso engaño de que el camino que conduce a la perfección es recto y placentero. Tener en cuenta que el camino que conduce a la concentración, como a cualquier otra meta, acarrea forzosamente fracasos y decepciones es lo único que puede evitarnos el desaliento.
El concepto budista de la concentración significa un modo de ser por el que uno se concentra enteramente en lo que hace en todo momento, esté plantando una semilla, limpiando una habitación o comiendo. Según decía un maestro zen: “Si estoy durmiendo, duermo; si estoy comiendo, como”.
Según el budismo, con plena conciencia de la realidad, pueden vencerse la codicia, el odio y por tanto el sufrimiento.
La atención no  significa no hacer nada distraídamente, sino con plena concentración en lo que se hace, sea andar, comer, pensar o mirar, de modo que la vida quede completamente iluminada por la plena consciencia.

AUTOR: Erich Fromm
LIBRO: Del Ser al Tener

miércoles, 2 de abril de 2014

El hilo de Ariadna o “cobrando perspectiva”

ariadna y teseoTeseo era un joven ateniense dispuesto a liberar a Atenas del tributo humano impuesto por Creta: siete jóvenes y siete doncellas habían de ser ofrecidos al insaciable Minotauro, el cual estaba encerrado en un laberinto por ser un peligroso antropófago. Ariadna, hija del rey de Creta, loquita por los huesines de Teseo, decide ayudarle para que pudiera salir del laberinto en caso de que matara al Minotauro y, a tal fin, le entregó un ovillo de hilo para que, una vez atado a la entrada del laberinto, lo fuera desenredando y, tras matar al Minotauro y liberar a Atenas del sangriento tributo, pudiera, siguiendo el hilo, encontrar la salida del laberinto.
La liberación es ese cambio en la cosmovisión que permite fluir con la realidad comprendiendo los principios fundamentales de la misma, pero para poder llegar a ello uno se ha adentrado en el laberinto de la práctica. No podemos liberarnos si no desarrollamos la habilidad de autorregular nuestra atención, nuestras emociones, nuestras motivaciones y nuestros pensamientos.
Primero aprendemos a educar nuestra atención, es decir, a autorregularla voluntariamente (No Resistirse – No Rendirse), desidentificándola del discurso mental y, a la par, desarrollamos la serenidad de la mente (encuentro con el vacío mental o silencio) y del cuerpo (equilibrio entre la actividad simpática y parasimpática) mediante la atención a las sensaciones d ella respiración y, en concreto, a las de la exhalación. Después, una vez sosegados, descubrimos el estado mindful de consciencia (siempre estuvo ahí, pero estaba velado por la agitación mental). Una vez que lo hemos descubierto, lo estabilizamos (aprendemos a sostenerlo, adentrar y salir de él a voluntad).
La siguiente etapa se dedica a irlo llevando a la vida diaria, pues, hasta entonces, prácticamente todo se resumía en la sala de meditación. Es cuando vemos, oímos, olemos, gustamos y sentimos las sensaciones táctiles y las interoceptivas y propioceptivas estando en estado de consciencia mindful. Así que nos entrenamos para desarrollar la habilidad de experimentar las sensaciones con serenidad, lucidez y ecuanimidad (estado mindful de consciencia). Esta práctica, puesto que todo son sensaciones, es básica. Después, empezamos aprender a experimentar nuestras emociones y la intencionalidad (prácticas de compasión y autocompasión) desde el estado mindful.
Hasta aquí, hemos desarrollado la habilidad de autorregular nuestra atención, nuestras emociones y nuestra intencionalidad. Nos queda, aún una fase más: autorregular nuestra cognición. Para ello, empezamos a practicar la consciencia mindful sin elección y empezamos por recuperar el pensamiento que, hasta este momento, era relegado (no reprimido) a fin de acostumbrarnos a tener una mirada no conceptual de la realidad (lo que experimentamos). Esto significa que ya no vamos a elegir entre el silencio y el pensamiento, sino que, sentados en la consciencia mindful, vamos a contemplar el imparable flujo pensamiento-silencio-pensamiento. Ya no estamos identificados con el silencio y la serenidad es un estado interior que nada tiene que ver con tener la mente vacía. Cuando practicamos formalmente así, la ecuanimidad domina y los pensamientos no nos mueven emocionalmente, pero, si lo hacen, nos damos clara, serena y ecuánime cuenta de ello. Este entrenamiento, junto con el ya adquirido cuando practicábamos con las emociones, nos va a permitir ir a la vida diaria y poder monitorizar la secuencia suceso-interpretación cognitiva-reacción emocional. A base de observarla, desaparece, es menos frecuente o/y se atenúa.
Aún más, cuando somos capaces de aceptar nuestra experiencia, sea la que sea, sin modificarla (consciencia sin elección), pero encontrando respuestas adaptativas, entonces podemos empezar a contemplar los principios por los que la realidad se rige: impermanencia, contingencia, todo es consciencia y, a pesar de ello, nuestros actos tienen consecuencias. Esto último es muy importante, pues, si buscamos la felicidad, no podemos potenciar consecuencias generadores de sufrimiento propio y ajeno por muy impermanentes, contingentes y hechas de consciencia que estén las cosas (si uno quiere permanecer tranquilo, no hay nada como no meterse en líos).
Espero que este hilo de Ariadna os ayude a adquirir o mantener la perspectiva, sabiendo el recorrido que habéis realizado entrado en el laberinto de la práctica a fin de matar (autorregular o domesticar) a vuestro Minotauro (el gran constructor; vuestros condicionamientos o automatismos) que se alimentaba de vuestra propia vida. Este hilo permite salir del laberinto y entrar en él a voluntad.
Dr. Santiago Segovia Vázquez
Catedrático de Psicobiología