En la auto-observación lo importante es mantenerme orientado a la
percepción de mi mismo. Percepción que me permite observarme y aprender sobre
mí.
Al practicar los ejercicios de auto observación tengo la oportunidad de
observar y comprender que en la identificación y apego a mis creencias,
supuestos, juicios, prejuicios y opiniones está el origen de mis conflictos.
Comprendo por mí mismo el origen de mis conflictos; los descubro, no a
través de las explicaciones, ni teorías de otras personas ni de las
interpretaciones que haga con mi pensamiento, ni de las valoraciones que me
aportan mis ideas, conocimientos, enseñanzas y definiciones que también
provienen del pensamiento, sino a través de la observación directa de lo que
estoy experimentando.
Cuando gracias a atender al presente se silencia mi pensamiento se da
una condición necesaria para que observe, comprenda y supere mis conflictos.
Quedo en relación directa con la experiencia pues mi pensamiento deja de
aportar información sobre lo que reconoce. Desde la quietud del pensamiento
puedo comprenderme, observándome tal cual soy, y ganando en claridad sobre mis
reacciones, abierto a lo que surge, con sensibilidad y afecto por mí mismo.