Y el barco llegó a puerto
y no se sabía como iba a llegar hasta ese norte inhóspito.
La trajo el padre de mi abuelo
y del norte de Tenerife viajó a La Palma.
En la Palma, el padre de mi madre la consolidó en la familia.
Mi madre y todos mis ancestros encendieron esta llama.
Me llegó como a un primo lo engañan en la ruleta de la fortuna
mi primo me engañó con esta belleza.
Sabina y el jefe me velaban
Sam Coke, de mi hermano, me embelesaba.
Pedro puso la piedra de manera recia
mi tío, el guardián de la música, me invitó a entrar
prometiendo grandes tesoros
que eran demasiado para mí en esos momentos.
Recia y sólida era la piedra
aunque se llenó de musgo y de sabiduría
al final se dio cuenta mi ser
que la música formaba parte de él.