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domingo, 1 de septiembre de 2013

Pensamientos abandonados

Los pensamientos, abandonados a sí mismos, crean el samsara. Al no ser sometidos a ningún examen crítico, conservan su aparente realidad y perpetúan la confusión cada vez con más fuerza. Sin embargo, ninguno de ellos, sea bueno o malo, posee la menor realidad tangible. Todos, sin excepción, están completamente vacíos, como arcos iris, inmateriales e impalpables. Nada puede alterar la vacuidad, ni siquiera cuando velos superficiales la ocultan a nuestra vista. En realidad, no es necesario esforzarse en retirar esos velos; basta con reconocer que son ilusorios para que desaparezcan. Cuando los pensamientos oscurecedores se desvanecen, la mente reposa, vasta y serena, en su propia naturaleza.

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